
El Bosque de Secuoyas del Monte Cabezón
Seguramente estarás pensando lo mismo que nosotros cuando lo descubrimos… hay un bosque de secuoyas en España? Que me estás contando? Pues sí, las hay, están en Cantabria, en el Bosque de Secuoyas del Monte Cabezón, junto al pueblo de Cabezón de la Sal, aunque no son las únicas que hay en España, ya que también hemos visto alguna en San Lorenzo del Escorial (Madrid).
Vale, hay secuoyas en España…pero son iguales que las de California? Aquí discrepamos bastante, las secuoyas americanas son mucho más grandes en cuanto a anchura y altura se refiere, lógico si se tiene en cuenta que son originarias de allí.

Y entonces cómo han llegado a Cantabria? Debido a que es un árbol que crece muy rápidamente y a la demanda de la industria maderera se decidieron plantar unos 800 ejemplares de secuoya en este bosque, por allá en los años 40. Cuando ya eran grandes y se podían talar decidieron que ya no les interesaba y las dejaron donde están.
Es un bosque declarado Monumento Natural desde el 2003, y aunque la zona donde están las secuoyas podríamos decir que es bastante reducida, a su vez es muy espectacular ya que te encuentras con estos gigantes casi de golpe allí juntitos.
Se llega a través de unas pasarelas de madera y luego sigue por un camino bien marcado, que no tiene dificultad ni te llevará mucho tiempo. Es un paseo muy agradable de una media hora, y menos si solo quieres ver secuoyas, al poco de empezar a caminar te las encuentras.

Cómo llegar
El Bosque de Secuoyas del Monte Cabezón se encuentra junto a la localidad de Cabezón de la Sal, seguramente llegarás por la autovía del Cantábrico (A-8), debes tomar la salida en dirección a Cabezón de la Sal y luego antes de llegar al pueblo, en una rotonda, seguir en dirección a la CA-135, y estar atento porque en muy pocos minutos llegas al bosque de las secuoyas.
Allí verás un pequeño parking gratuito desde donde empieza el sendero hacia las secuoyas.
Nosotros lo visitamos en un viaje recorriendo el norte de España, y la verdad es que vale mucho la pena una parada aquí, el único problema es que nos llovió bastante y no pudimos disfrutarlo en su totalidad, ni el tiempo que nos habría gustado, pero lo recomendamos totalmente.
Ahora ya no tienes excusas, si quieres ver secuoyas no hace falta ir hasta California, aunque en otra entrada te hablaremos de las secuoyas americanas, que también hemos tenido la suerte de poder ver!
A qué esperas entonces para darte un paseo entre gigantes?
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Buen viaje!


2 Comments
Paloma
Que bonito, tiene que ser digno de ver. Me lo apunto porque no lo conocía
mepillas
Nosotros lo descubrimos viajando por el norte este invierno pasado, la verdad es que es muy curioso y bonito a la vez. Que cierto es cuando decimos que no conocemos lo que tenemos aquí al lado… Saludos!